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"El Lugar de Padules"

“El lugar de Padules, Taha de Luchar, Partido de Alpujarras del Reino de Granada" así es como comienza en el siglo XVI el libro de apeos de Padules.

La denominación de Padules es de origen latino y significa “Pequeñas  Lagunas”, del siglo  III o IV de nuestra era o incluso mozárabe, cuando los hispanos-romanos huyeron a las montañas como siglos después  harían los moriscos.

Tras la rebelión de los moriscos en el Reino de Granada (Navidad de 1568) y después de un año y medio de guerras,  fueron vencidos y derrotados. En recuerdo de esta victoria sobre los moriscos se levanta una cruz tallada en piedra, la cual se encuentra en la actual plaza del barrio bajo. Don Juan de Austria estuvo en la primavera de 1570  aquí en Padules celebrando la festividad del Corpus.

Después de expulsados los moriscos a otros lugares de España, Padules que se componía de tres lugares (Padules, Boliñeba y Autura), se reduce a Padules, quedando abandonados Autura y Boliñeba. Se repuebla con 43 vecinos venidos de diversas partes de España. Granados, Bueno, Navarro…son algunos de los apellidos que aun continúan en Padules de esa época.

Vista Panorámica de Padules 1965

A pesar de ser lugar realengo, lugar perteneciente a la corona, no tenia aquí residencia el Rey, aunque si hay residencia real del último Rey de Granada, en el Cortijo de los baños de Rey. La industria del siglo XVI era la seda,  producto  que más estaba fiscalmente grabado por la corona.

A pesar de la dificultad y los años duros de empezar de nuevo, Padules en el siglo XVII ya tenía la misma población que en la época morisca. Los cultivos en el siglo XVII según el catastro de ensenada, eran casi los mismos que en el siglo XVI, trigo, cebada, viñas, morales, olivos, higueras, encinas y lo traído de America como el maíz y el tomate.
En el siglo XVII a petición de Padules y Almócita, en 1621 se inicia el deslinde de estos términos municipales en Sierra de Gador y tras la autorización al alcalde mayor de las Alpujarras. Así se empieza a sembrar trigo en el Llano del Barjali habiendo acuerdo entre los dos pueblos a causa del aumento de población.

En 1752 Padules contaba con más de 500 vecinos de los cuales más de la mitad eran menores de 20 años. En Padules en el siglo XVIII había varios barrios, de la iglesia, bajo, del posito, de en medio, de la  balsilla, llano de la iglesia, alto, barrio de la plaza.

El presupuesto municipal ascendía a 1734 reales de vellón. Existía una fiesta llamada de agravios con 36 reales (es posible que fuese de moros y cristianos). Limpia de caminos y acequias 120 reales, escribano de ayuntamiento 300 reales.
Además había un oficial de albañilería, barbero, estanco, herrador y medico, el cual cobraba 600 reales.

En la Sierra de Gador existían cerca de10.000 encinas y en tierra de labor cerca de 300. También había 2.206 morales y 2.811 olivos. En animales domésticos había 1 yegua, 2 caballos, 18 mulos, 99 burros, 41 vacas, 76 cerdos, 509 ovejas y 336 cabras.
En 1837, Padules ya es de la provincia de Almería. Sigue existiendo la misma agricultura excepto el moral que ya va desapareciendo y solo queda un lugar donde existen, llamado La Moralea.

Dentro de la historia más negra de Padules resaltar que un pleno del Ayuntamiento en 1837 se acordó vender 2.000 encinas de la sierra de Gador para, con este dinero poder arreglar la mina de la fuente de Beires que se había rehundido. El ayuntamiento de Padules también en esta época concede licencia para cortar leña en esta misma sierra para un boliche de fundición en Alcora.

El siglo XIX es la época de la explotación minera en Padules. El mineral que se extrae es plomo. Actualmente se pueden reconocer dos restos de fundiciones, una situada en la linde con Canjayar a la altura de Alcora y la segunda en el Campillo. También en Padules se encuentra una de las dos Bogarayas que se conservan en la provincia de Almería, en la zona del río Andarax en la linde con Almócita.

A finales del siglo XIX  y tras oscuros movimientos burocráticos-caciquiles de la época, Padules pierde parte de su terreno municipal denominado el Lote a favor del municipio de Dalias mucho más rico y poblado, conflicto que se había iniciado en 1739 tras arrebatarlo a la fuerza haciendo huir a los guardas de Padules, aunque en todos los libros y deslindes esta parte siempre le perteneció a Padules. Tras consultar a sus vecinos mediante la elección de una opción de entre las siguientes: “Los aquí firmantes aceptamos el deslinde con Dalias y no nos hacemos cargo a los CUANTIOSOS gastos que pudiera originar el juicio en Madrid” o “Los aquí firmantes no aceptamos el deslinde con Dalias y nos hacemos cargo a los CUANTIOSOS gastos que pudiera originar el juicio en Madrid”, Padules renuncia a reclamar ante Tribunal Supremo de Madrid. Nadie aceptó el deslinde pero los paduleños no tenían recursos para iniciar este largo procedimiento.

A finales del siglo XIX y como consecuencia de una enfermedad que ataco a las viñas (la filoxera) se empezó a plantar parras para la producción de uva de mesa (uva de Ohanes o del Barco) que era exportada por los ingleses envasándolas en barriles para su transporte en barco, aprovechando el transporte de mineral de Almería.

El siglo XX seria el siglo de la uva de mesa. El monocultivo de dicho fruto se extendería por valles y montes. En la Vega Abajo se pondría todo de parrales en detrimento  del cereal, viñas, olivos e higueras. En la Vega de Arriba y Boliñeba  el predominio seguirá siendo el olivo.
A finales de los 70 el precio de la uva de mesa  fue decayendo por la aparición de variedades mucho más competitivas, hasta la desaparición actual. Así el manto verde que cubría buena parte de la vega de Padules se convirtió en manto marrón y árido desierto. No se reemplazó por otros cultivos alternativos y que pudieran ser rentables.

Actualmente casi no se utiliza la agricultura como medio de vida, sino que en su mayoría es una agricultura de autoconsumo, principalmente de olivo, almendro y hortalizas aunque también se produce para su venta nuevas variedades de vid para la elaboración de grandes y extraordinarios caldos.


La agricultura ecológica y el turismo rural empiezan a ser alternativas de futuro para Padules, oportunidad que todos deberemos aprovechar e impulsar, el Ayuntamiento continuando con la conservación de parajes y monumentos y los particulares y empresarios con la mejora de las infraestructuras turísticas y de servicios.

Siglos de historia preceden al actual Padules, un pueblo que mantiene su estructura tradicional de casas blancas de una o dos plantas. Un pueblo con historia pero también con mucho futuro, un futuro que los paduleños queremos compartir con todos aquellos que deseen vivir en un pueblo tranquilo, de gentes amables y solidarias, con buenos servicios y con bellos parajes y paisajes.