La Hipertensión arterial |
Una persona se considera hipertensa cuando su tensión arterial sistólica es igual o superior a 140 y la diastólica igual o superior a 90 milímetros de mercurio (mms/Hg) respectivamente...
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Una persona se considera hipertensa cuando su tensión arterial sistólica es igual o superior a 140 y la diastólica igual o superior a 90 milímetros de mercurio (mms/Hg) respectivamente, tomando como base la observación con el equipo médico llamado esfigmomanómetro. La tensión arterial normal se encuentra entre los valores de 120 para la sistólica y de 80 o menos para la diastólica. La hipertensión arterial afecta a una de cada tres personas en el mundo, proporción que aumenta a más del 40 por ciento después de los 50 años de edad. Esta dolencia, responsable de nueve millones de muertes anuales en el mundo —la mitad por infartos cardíacos y accidentes cerebrovasculares— es capaz de producir además insuficiencia renal, pérdida de la visión, hemorragias y disfunción cerebral. En Cuba tiene una elevada prevalencia, pues afecta al 33 por ciento de la población adulta y es la razón principal de las consultas en los cuerpos de guardia médica de todo el país. El Día Mundial de la Salud, que se celebra cada 7 de abril para recordar la creación en 1948 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estuvo dedicado este año a la hipertensión arterial.
La buena noticia es que puede ser prevenida o controlada. Para la gran mayoría de quienes la padecen, y por lo tanto están expuestos a riesgo, es suficiente como solución adoptar estilos de vida saludables. Muchas personas no saben de su hipertensión arterial porque esta no siempre produce síntomas. El 80 por ciento de los infartos cardíacos o accidentes cerebrovasculares prematuros y derivados de la hipertensión arterial pueden ser prevenidos controlando esta y los demás factores de riesgo. El diagnóstico precoz es esencial y para ello debe conocerse la tensión arterial tomándola periódicamente.
La industria puede contribuir a resolver el problema reduciendo la sal en los alimentos procesados. En la consulta médica los riesgos cardiovasculares se controlan verificando, entre otros aspectos, la tensión arterial, así como los niveles de glicemia y de colesterol, y manteniéndolos dentro de límites normales. Muchas personas controlan la tensión arterial solamente mejorando sus estilos de vida. Otras necesitan medicamentos.
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